La Revista

viernes, 28 de octubre de 2011

La Catrina, embajadora de la muerte en México

Saludos @seguidores y amables y muy estimados lectores, de nuevo haciendo una entrada más a este blog, que tenia algo descuidado.. pero ya estamos de regreso.

Hablar de la muerte en México, fuera del contexto de los problemas de seguridad, nos remontan a las fiestas del mes de Noviembre; y este a todos los aromas y sabores que con el mes llegan, adornos de papel de china, donde predominan los colores morado, naranja, negro y blanco con dibujos de calaveras... 
Y hablando de calaveras, una de las mas conocidas y ya simbolo mexicano de las celebraciones de los muertos ante el mundo, es, sin lugar a dudas, La Catrina....



La Catrina fue creada por artistas mexicanos para hacer una representación metafórica de la alta clase social  de México que vivìa antes de la Revolución Mexicana.

Posteriormente se hizo el símbolo oficial de la Muerte ya que en nuestro pais se celebra el Día de los Muertos el 1 y 2 de noviembre.

El mexicano se burla de la muerte y juega co ella con cierta picardía y respeto.

De acuerdo con el folclor mexicano, "La Catrina," mejor conocida como la Muerte y con muchos nombres más, puede mostrarse de muchas formas.


Algunas veces se representa  alegre, vestida de manera elaborada, con ganas de divertirse e incluso coqueta y seductora con los mortales. Otras, nos la encontramos "en los purititos huesos", lista para llevarnos cuando menos lo esperamos. Sin embargo, la relación que los mexicanos tenemos con "La Catrina" se define por una serie de circunstancias íntimamente vinculadas con la historia y cultura de México, las tradiciones y costumbres de cada región  la  consideran un huésped imprescindible en ocasiones importantes, como el Día de Todos Santos y el día de los Fieles Difuntos.

De acuerdo a esta tradición, se cree que la muerte y la memoria de nuestros fieles difuntos, nos da un sentido de identidad que arraiga nuestra cultura.

A  La Catrina y  a  El Catrín  los asociamos también, paradójicamente, con el placer de vivir ante la inminencia de la muerte.


La Catrina, con su personalidad  traviesa, ocurrente, simpática y coqueta nos invita a vivir con plenitud cada  momento, y a través de las artes mayores y menores  encontrar el sentido de la vida.

La doble identidad de La Catrina nos recuerda que la vida es aquí, ahora y eternamente.


Pero, yendo mas dentro de lo historico, aqui unpequeña expo sobre los autores quedieron forma y sobre todo inmortalidad a "La Catrina"

Manuel Manilla.

Fue un caricaturista nacido en 1830 y muerto en 1890.
Es  considerado el  precursor de José Guadalupe Posada por sus caricaturas que incluyen personajes esqueléticos.

Jose Guadalupe Posada


Originalmente creada por Jose Guadalupe Posada, oriundo de Aguascalientes, nacido en el año de 1852.  Sus inicios como maestro en litografia en esa Entidad, y a los 37 años, partio a la capital del pais para probar suerte, y la consiguió como ilustrador de periodicos.

Las calaveras de Posada son en la mayoría de los casos asociadas con el Día de los Muertos, ya que interpretó la vida y las actitudes sociales del pueblo mexicano, representados en sus grabados con calaveras vestidas de gala, calaveras en fiesta de barrios, en calles citadinas, en las casas de los ricos. Dibujó calaveras montadas a caballos, en bicicletas, con las que señalaba las lacras, la miseria y los errores políticos del país. Es el caso original de "La Calavera Garbancera", retomada años después por Diego Rivera, quien la bautizaria como "La Catrina" el grabado que representa una burla de los indígenas enriquecidos durante el Porfiriato que despreciaban sus orígenes y costumbres, copiando modas europeas.

La versión original es un grabado en metal autoría Posada, el nombre original es "La Calavera Garbancera". "Garbancera" es la palabra con que se conocía entonces a las personas que vendian Garbanza teniendo sangre indígena pretendían ser europeos, ya fueran españoles o franceses (este último más común durante el porfiriato) y reniegan de su propia raza, herencia y cultura.


Esto se hace notable por el hecho de que la calavera no tiene ropa sino únicamente el sombrero, desde el punto de vista de Posada, es una crítica a muchos mexicanos del pueblo que son pobres, pero que aun así quieren aparentar un estilo de vida europeo que no les corresponde.


Diego Rivera

Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez.
Nace en Guanajuato el 8 de diciembre de 1886. Muere en la Ciudad de México el 24 de noviembre de 1957.
Fue un destacado muralista mexicano de ideología comunista y muy  famoso por plasmar obras de alto contenido social en edificios públicos.

Es creador de diversos murales en distintos puntos del Centro Histórico de la Ciudad de México, así como en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, en otras ciudades como Cuernavaca y Acapulco y otras del extranjero como San Francisco, Detroit y Nueva York.

Fue Diego Rivera quien la dibujó por primera vez vestida en su mural "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central", donde la calavera aparece como acompañante de su creador: José Guadalupe Posada. Asimismo fue el muralista quien la llamó "Catrina" nombre con el que se popularizó posteriormente, convirtiéndola así en un personaje popular mexicano.


La Catrina Mexicana es representada en vivo por la pintora y restauradora de arte:  Bertha Sandoval Romero.
Desde hace 28 años se presenta en plazas, mercados, escuelas, etc. inaugurando las ofrendas del dìa de muertos.
Ella se inspira en el mural "Una tarde dominical en la Alameda Central" del maestro Diego Rivera y usa el atuendo con remembranzas de la moda de la época y con los vestigios de la cultura precolombina.


Desde su inicio hace ya 28 años,  La Catrina Mexicana ha tenido muy claro su objetivo: rescatar, enaltecer y preservar nuestra hermosa tradición muy mexicana del día de los muertos.

Inspirada en el mural del maestro Diego Rivera, a quien ella admira y con el orgullo de haber compartido en diferentes momentos de la vida en su estudio y del cual recibió varias distinciones, La Catrina Mexicana hace una recreación de la vestimenta y la enriquece con símbolos de la cultura prehispánica.

El Sombrero.
Aparece en el grabado de Posada, en el mural de Rivera  y ha sido interpretado con amapolas que es la flor que tiene el poder de adormecer al pueblo.

Los diferentes colores de las amapolas representan los 13 colores del maíz teotihuacano que dieron lugar a la creación de la humanidad. Las plumas de avestruz importadas del Viejo Continente nos recuerdan la conquista de México y además nos remontan al mundo prehispánico donde las plumas representaban la nobleza indígena.

El Maquillaje.
El maquillaje es una palabra que tiene un origen francés sin embargo se ha usado desde las más antiguas civilizaciones.

Es considerado como una segunda piel y en La Catrina Mexicana aporta los rasgos definitivos de su personalidad.

Marca las órbitas oculares, los orificios nasales y las mandíbulas articuladas al cráneo, que  expresa con sus pelados dientes,  impresiones sarcásticas.

La Catrina Mexicana ha agregado color en referencia a las calaveritas de azúcar elaboradas en el Edo. de México y a los alfeñiques de Toluca.

El Sr. Francisco Godínez, mejor conocido como el mimo “Patín”, ayudó a la Catrina en su primer maquillaje.

El vestido.
El diseño del maestro Diego Rivera es el que se usaba en los sepelios de antaño y es blanco  con una franja transversal negra. Del cuello pende una cinta que sostiene los impertinentes de origen europeo y calza botas  jaliscienses  con agujetas de la época.

La Catrina Mexicana  posee un vestuario completo para cada ocasión, además de lucir los trajes regionales de Veracruz, Michoacán, Yucatán, Oaxaca, Chiapas, Tehuantepec y Puebla.

La ropa interior.
El corsé, el corpiño, el refajo, las calzoneras, las enaguas y las medias datan de 1908 pues la Srita. Esperanza Zubieta de la Mora había recibido estas prendas nuevas como herencia y ella a su vez hizo este regalo  a La Catrina Mexicana como una muestra de amistad.

La hebilla.
El maestro Rivera diseña esta hebilla como muestra de su aprecio a las culturas prehispánicas, este símbolo es tomado del Códice Borbónico nombrado Nahui- Hollín y aparece también en algunas versiones del calendario azteca. El signo Hollín es un disco solar y sus 4 astas representan las estaciones o puntos cardinales del movimiento cósmico del espacio celeste.

El abanico.
Es un abanico de herencia hispana, corresponde a un abanico de rituales sobre la finitud del hombre, tiene plumas y carey y fue una donación de la familia Ezpeleta.

Los mitones.
Tejidos en crochet en color blanco y otro par en  color negro,  fueron regalos de la Sra. Soledad Hidalgo Vda. de Romero.

Los impertinentes.
La Catrina Mexicana los recibió en el año 2000 como un especial obsequio de la Sra. Victoria Ellis Sherwool.

La Campana.
Un sonido de paz, un sonido que anuncia era imprescindible para La Catrina Mexicana, entonces  el Sr. Juan Morales Lechuga del jardín de San Jacinto hizo una campana muy especial para esta ocasión.

El libro de autógrafos.
El Sr. Martín Farfán Patiño encuadernador de profesión notó la importancia de las personalidades que engalanan a La catrina y elaboró un especial libro cuyo lomo es un resistente  fémur.

La estola.
La estola representa la figura de Quetzalcóatl o “Serpiente emplumada” que es imagen de reptil y ave, de la dualidad, de la vida y la muerte. Hace también referencia al personaje mítico de Quetzalcóatl que era héroe civilizador, rey, sacerdote y deidad.

Quetzalcóatl, pájaro-serpiente reúne lo que vuela, lo sutil, lo celeste y su vez; lo que repta, lo denso, lo terrestre, es decir la conjunción de los opuestos, paradigma de lo creativo, merced al cual el universo es y el hombre es intermediario entre el cielo y la tierra.

El perro XOLOITZCUINTLE o Perro Pelón Mexicano.
Es muy importante recalcar que en la época prehispánica no toda la gente tenía acceso a ellos,  su cuidado estaba asociado a contextos rituales, esta raza estaba asociada a lo divino, siendo el significado de su nombre "perro del Dios Xololt".

Su uso estaba limitado a ciertas actividades religiosas, en ritos fúnebres u ofrendas, pero no era considerado una deidad viviente.

Los toltecas y aztecas, llegaron a considerar que el amor más puro y no egoísta era el del perro hacia su amo, quien al morir era enterrado con su perro, al creer que el noble animal intercedería ante el Dios de la Muerte, y le explicaría las buenas obras de sus amos.

Por este motivo La Catrina Mexicana siempre está acompañada por su fiel Xoloitzcuitle.


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